¿Que se puede hacer con el agua de lluvia?

El agua de lluvia es esencialmente agua destilada. El agua de destilada es técnicamente potable e incluso algunos la consideran el agua mejor para beber. No obstante no se recomienda utilizar el agua directamente captada de la lluvia para los usos en los que se requiere agua potable. Ello se debe a que la atmósfera contiene contaminantes suspendidos que se precipitan con las gotas de lluvia a los que se puede sumar otros (orines y excrementos) que puede haber en las áreas de captación y que pueden tornar este agua no potable
Tal como se recolecta el agua, si se le quitan las partículas suspendidas que puede llevar por medio de un filtro grueso, se puede emplear para muchas actividades en las que no se requiere agua potable. Así para los escusados (WC), para regar, para lavar los coches, para lavar la ropa es posible emplear este tipo de agua sin problema alguno. Además, esta agua al no contener ninguna cal, protegerá las tuberías y los conductos de las lavadoras alargando su vida útil. Algunas estimaciones indican que estos usos pueden suponer el 50% del agua que se emplea en una vivienda media urbana.
Para lograr un uso selectivo de agua de lluvia para las actividades mencionadas en muchos casos se instalan dos redes de agua. Una conectada a la red general que cubra el consumo de agua potable (duchas, lavaplatos etc.…) y otra de agua de lluvia que vaya hacia los escusados, lavadora, y grifos en el lavadero. Se recomienda jamás mezclar el agua de la red con el agua de la lluvia en ningún momento del trazado. De hecho muchas normativas prohíben tajantemente la mezcla de las dos fuentes ya que existe la posibilidad de con ello contaminar el agua de la red general.
Existen por otro lado técnicas y procedimientos para potabilizar el agua de lluvia que permite un uso pleno de la misma. Se trata de su paso por distintos tipos de filtros, su esterilización y su cloración. Estos en general son más complejos y conviene tener un control periódico de los mismos para asegurar la calidad de la misma.

Ejemplo de recolección de agua de lluvia en el jardín etnobotánico de Oaxaca (México).
Un admirable ejemplo de un sistema de recolección de agua de lluvia para usos propios lo representa la instalación efectuada en el jardín etnobotánico de la ciudad de Oaxaca en México. Este fantástico jardín botánico esta instalado en centro cultural de Santo Domingo en lo que antiguamente fueron las huertas del convento de Santo Domingo construido en los SXVI y XVII. Más tarde el inmueble y sus jardines fueron ocupados por el ejército con diferentes canchas deportivas y con un estacionamiento para coches. En 1994 el ejército abandona el espacio y este es remodelado para albergar el presente jardín.
El jardín es una colección de en torno a las 1000 especies de plantas provenientes de todo el estado de Oaxaca. En el se albergan y aclimatan diferentes plantas de todos los climas del estado, que van desde los ambientes desérticos, los de montaña o los tropicales costeros.
Para su cuidado y riego y a fin de no restarle agua al suministro de la ciudad, se instaló un sistema de recolección de agua de lluvia. Con el se satisfacen las demandas de agua del jardín durante todo el año.
El clima en Oaxaca es permanentemente suave. Las precipitaciones se producen en la estación de lluvias que van desde Mayo hasta Noviembre siendo mas intensas en los meses que van desde Julio a Septiembre. El volumen de lluvias medio total anual es de 1503 mm.
El sistema aprovecha el área de captación proporcionado por parte de los tejados de cúpulas del antiguo convento. EL área total de captación es de ½ hectárea.
De esta forma cuando llueve el agua es desalojada y canalizada por unas canaletas instaladas en las fachadas y precipita hacia el suelo al igual que como ocurre en la gran mayoría de los edificios antiguos de México. Justo debajo de las canaletas, en donde cae el chorro del agua, hay dispuesto un área con cantos rodados por donde el agua se filtra hacia el depósito.
Para recoger y aprovechar también el agua que cae en las superficies empedradas y enlosadas a nivel del suelo dentro del jardín, existen pequeñas hendiduras por donde se filtra hacia el depósito.

Una vez el agua se ha filtrado hacia el subsuelo, esta es canalizada a través de unos filtros conformados por piedras volcánicas y cantos rodados para eliminar las impurezas que el agua pueda contener.
Finalmente, el agua ya convenientemente purificada, queda almacenada en un gran depósito situado bajo uno de los patios. El depósito tiene una capacidad de 1300 metros cúbicos (1.300.000 litros) y una vez lleno es capaz de suministrar agua para toda la estación seca.
La instalación cuenta además con un sistema de recirculación del agua almacenada para oxigenarla y evitar su pudrición. El sistema consiste en hacer circular el agua por una serie de canales y estanques dispuestos por todo el jardín. Estos elementos además de la función comentada producen un gran efecto estético que embellecen el conjunto.

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