Mi más cobarde mentira.

Hace un tiempo escuche que para tratar el síndrome de Diógenes, los terapeutas le muestran fotos a los afectados de sus hábitats, ya que las imágenes en 3D, o sea su vida misma les genera ganas de retener sus objetos o tesoros, pero una imagen en 2D les puede generar rechazo, vergüenza, sinsentido, etc. Luego vi esta imagen y me acorde de mi vida pasada, personas exponiendo su vida, viajando asina-das, a veces peleando, llorando y muchas veces riendo para pasar el rato.


Cuando deje de viajar así no fue de un día para otro, primero me tome la libertad de elegir NO viajar en horas picos, mientras... tomarme un café un en barcito hasta las 19:30 o salir antes para casa, luego noté que no hacía falta el bar, que podía salir todos los días antes del trabajo, luego me avive que no tenía que ir todos los días a la oficina, con el tiempo me di cuenta que en realidad no necesitaba ir a la oficina incluso durante semanas, con el tiempo lo que parecía imposible se volvió inevitable y le dije adiós a la oficina, adiós a las horas picos, a irme antes del trabajo y muchas cosas más.

La más sincera verdad, que se fue trabajando en mi ser en ese periodo, fue que yo no quería estar en casa, que no quería hacerme responsable de mis espacios y tiempo vacíos, que no soportaba estar quieto, que no quería hacerme cargo de la educación de mi hijo y que prefería dejarlo en la "guardería" (escuela), que quería impresionar a personas que no me conocían y a las cuales tampoco les importaba, que no tenía interés en fortalecer la pareja, que no tenía intención de ayudar a nadie, en fin esta imagen justificaba mi martirio diario inventado, para evadir todas esas responsabilidades con un simple "No tenés ni idea de lo que sufro a diario para mantener este hogar", esa fue mi más terrible y cobarde mentira durante varios años de mi vida.


Hoy en día, después de un largo camino recorrido y gracias a una nueva e inmensa familia, llena de amor y empatía, a los cuales les debo gran parte de mi actual vida, y principalmente si hay alguien que le debo agradecer, es a mí mismo por permitirme y trabajar conscientemente todas estas miserias, dejar de justificarme, dejar de ser tan cobarde y por sobre todo por darme cuenta que la vida es una sola y que quiero vivirla con los seres que amo, el camino de la cobardía me hubiere llevado a una traición a mi propio ser, a mi bienestar, al de mis seres queridos, a mi escueto tiempo en este planeta, depositando y tercer izando mi felicidad y la de los que me rodean en un futuro distante, ahí... donde finalmente tenga tiempo para hacer todo lo que me hubiese gustado haber disfrutado de joven, y para colmo en un sistema corrupto, el cual no me cuidará de mí como hubiere esperado, un sistema que desprecia a los viejos y se aprovecha de ellos, lo eh visto en mis años de Destructocultura (Cultura de destrucción), eh visto a personas con cáncer no tener la "cobertura" necesaria para tratar su enfermedad y tener que destinar su tiempo libre (por el cual se justificó toda su vida) a trabajar para cumplir con las "cuotas de vida", basta una llamada de un telemarketer sin conciencia, que busca plata para comprarse la nueva placa de video para su compu, para que su jueguito de Futbol no se cuelgue o tenga mejor "definición" cuando tira un centro para cabecear, para que esta persona confíe en el y pierda su cobertura de obra social en un tramite burocrático, es ahí cuando te das cuenta que el sistema cuando ya estés gastado te va a tirar por la borda, y acá no se trata de echarle la culpa a los partidos políticos, a los corruptos, a los violentos, acá hay que echarle la culpa a ese ejercito de cobardes mentirosos como lo fui yo.

Martín Santiago Schmull.

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